[vc_row][vc_column][creatica_team type=»-mod» button=»Ver mi perfil en Forum Ejecutivo» link=»https://forumejecutivo.com/MEXICO/directorio-de-negocios/1625/john-guillen/» title=»John» text=»Guillén»][creatica_team_member image=»4387″ class=»«fa» position=»Sobre el Autor» name=»Información» scn2=»https://forumejecutivo.com/MEXICO/directorio-de-negocios/1625/john-guillen/» scn_icon2=»fa fa-address-card»][/creatica_team][vc_empty_space][creatica_title pretitle=»» title=»Cuando queremos vender»][/creatica_title][vc_empty_space][vc_column_text]
Hace varios años estuve en China, visité 3 ciudades: Beijing (Pekín), Shanghai y Guangzhou. Fue un experiencia muy enriquecedora. Estar dentro de esa cultura cambió definitivamente mi manera de ver las cosas y de percibir a los demás, también pude ver en las personas con las cuales interactué una fuerza infinita, una insistencia insaciable y una inteligencia para los negocios y las ventas, insuperable.
En Guangzhou o Cantón viví una experiencia comercial con una vendedora, la cual viene muy bien con lo que he venido publicando. Aunque primero les quiero hablar un poco de esta ciudad gigantesca, contaminada, pero con mucha vida y en constante modernización.
Su población es de 3.152.825 habitantes en la zona urbana, alcanzando los 13.080.500 habitantes en toda el área metropolitana (2014). Actualmente es la Conurbación más grande de la Tierra, con 46.900.000 habitantes, si se cuenta junto a su área metropolitana, a los suburbios de la zona del Delta del río de las Perlas.
Si pensamos que la CDMX es grande y está súper poblada, imagínense esto.
Mi historia comienza en una zona excelente llamada Beijing Road, siempre acudía a esa calle porque allí descubrí uno de los mejores sitios para comer, el cual me salvó de muchos problemas estomacales, ese sitio era un Pizza Hut, que aunque estaba adaptado a la cultura China, mantenía los ingredientes y sabores básicos de los productos que acostumbramos comer los occidentales. Una tarde caminando se me acerca una chica y me invita a la tienda donde trabajaba, la cual estaba frente a nosotros, era una tienda donde vendían carteras de diferentes materiales, morrales, porta cosméticos, maletas, bolsos, etc. La china me muestra un catálogo y yo comienzo a ver los productos y le digo que no, moviendo mi cabeza. Seguí caminando por varias cuadras más y ella siempre estaba cerca de mí, cuando yo volteaba me mostraba el catalogo que tenía en la mano y me invitaba a que la siguiera, al final después de tanto reírnos, accedí y fui con ella. Mientras caminábamos me hablaba en cantones, por lo que yo no entendía nada; yo podía hablarle en español o en inglés, pero ella solo hablaba su idioma, creo que tampoco hablaba Mandarín. Lo cierto es que llegamos a la tienda y yo, en el catálogo, le señalo un morral muy bonito, ella inmediatamente se va al depósito y me trae uno igual al de la foto, yo lo veo, me parece de baja calidad y viéndola toco la tela y pongo cara de mal gusto moviendo la cabeza en negación, ella se me queda viendo y se va al depósito, en cuestión de segundos me trae 5 morrales aparentemente iguales, pone uno al lado del otro y con su calculadora me muestra el precio de cada uno, 5 precios diferentes, 5 calidades. Yo los veo, los toco y aprecio los cambios en los materiales, veo los herrajes y cierres; agarro uno de los bolsos, desconecto un herraje y me lo acerco a la ropa y hago una especie de comparación de colores, ella inmediatamente entiende, se va de nuevo y viene con otros bolsos parecidos pero con herrajes en dorado y negro, el que trajo inicialmente tenía los herrajes plateados. Hasta ese momento, no había caído en cuenta de lo que estábamos haciendo, nos estábamos comunicando de una manera fuera de lo común, estábamos siendo disruptivos y formábamos parte de una negociación solo basada en números y gesticulaciones, estaba frente a una vendedora tenaz, la cual luchaba ferozmente por venderme, hacía de todo para entender, me veía los ojos, entendía el movimiento de mis manos, seguía todo lo que yo hacía y veía para poder asociar y entender. Era recursiva y no decaía en su intención de vender y tratarme bien. Al final después de una intensa negociación para que me bajara el precio, logré un 60% de descuento por dos morrales, pienso que de todas maneras los compré caros, porque ella se quedó riéndose con sus compañeras mientras yo salía del negocio.
Las ventas encierran muchas técnicas, las cuales son fáciles de aprender y con práctica se dominan, lo que es difícil aprender y más aún aplicar son las aptitudes emocionales con las cuales nos debemos manejar; la empatía, el autodominio, la intuición, el conocimiento de uno mismo, la motivación y la habilidad social, entre otras. Son aptitudes que forman parte de nuestra Inteligencia Emocional y las cuales debemos ir desarrollando todos los días, en todas las situaciones que se nos presentan. Es la única forma de poder hacer que nuestra mente las asuma como propias y por lo tanto cambiemos.
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