Tenista Talentoso

[vc_row][vc_column][creatica_team type=»-mod» button=»Ver mi perfil en Forum Ejecutivo» link=»https://forumejecutivo.com/business-directory/3869/guillermo-costa» title=»Guillermo» text=»Costa»][creatica_team_member image=»3870″ class=»«fa» position=»Sobre el Autor» name=»Información» scn2=»https://forumejecutivo.com/business-directory/3869/guillermo-costa» scn_icon2=»fa fa-address-card»][/creatica_team][vc_empty_space][creatica_title pretitle=»» title=»Tenista Talentoso»][/creatica_title][vc_empty_space][vc_column_text]¿Dónde está la diferencia?

Constantemente se escucha hablar de que tal o cual tenista tiene un talento excepcional. También se oye decir que hoy en día está primando la fuerza bruta por sobre el talento.

Pero para seguir hablando del tema es importante definir aquellos términos y analizarlos para ver si es posible replicar ese talento.

Lo que hoy el aficionado al tenis entiende por talento está reducido a la capacidad de tener buena “muñeca”, hacer “cortitas”, “cambio de ritmo” y una gran cantidad de “lujitos”. Y como estas conductas tienen mucha relación con la motricidad tanto fina como gruesa, las que en muchos niños se da como un desarrollo precoz en comparación con el resto, lleva a pensar que estos niños traen un “talento” especial para el tenis. Y en los que esta característica no se observa, se les considera poco talentosos para esta disciplina.

 

Pero el verdadero “talento”, ¿Es sólo eso?

Creo que hoy en día los estudiosos del tenis piensan que es eso y mucho más, razón por la cual me permito reflexionar sobre el tema.

¿Qué se entiende entonces por talento? y ¿qué se entiende por fuerza bruta?

Por “fuerza bruta”, se entiende un tenis en que prima el saque fortísimo, los golpes de fondo de gran potencia, la poca variabilidad en el desarrollo de los partidos, la velocidad del jugador y finalmente el tamaño y la musculatura del jugador, dentro de muchas otras “fortalezas”.

Talento, en cambio, puede ser definido, de acuerdo a dos acepciones:

1.- Como un “don”, es decir, algo dado, regalado por Dios, que viene con nosotros al nacer.

Ante esta definición, obviamente, habrá tenistas que traen todo lo necesario para el éxito al nacer y otros que no, y por lo tanto, por más esfuerzo que hagan estarían destinados al fracaso.

2.- Como las características conductuales de una persona exitosa y competente en lo que hace.

Acá se nos abre el panorama y nos lleva a ahondar en el tema, puesto que nos permitiría desarrollar esas conductas, a través del aprendizaje y la práctica.

Veamos entonces qué significa ser competente:

 

Martha Alles, autora argentina de renombre internacional en el tema de la aplicación del modelo de Gestión de Recursos Humanos por competencias en las organizaciones, la define de la siguiente manera:

Competencia: hace referencia a “las características de personalidad, devenidas comportamientos, que generan un desempeño exitoso en un puesto de trabajo”. Y esta definición la hace sinónimo de “talento” suficiente.

Entonces si cambiamos “puesto de trabajo” por “tenista”, tenemos que el éxito en el desempeño profesional como tenista tiene una base fundamental en sus características de personalidad y estas características que se observan a través de la conducta del jugador, tanto en la cancha, como fuera de ella, sí pueden ser modificadas.

Talento y competencia: al igual que Martha Alles, Spencer y Spencer han definido a la competencia ”como una característica subyacente en un individuo, que está causalmente relacionado con un standard de efectividad y/o una performance superior en un trabajo o situación”.

Nuevamente sólo tenemos que cambiar “en un trabajo o situación” por “partido de tenis”, en que se lucha por ser el más exitoso.

¿Qué significa, entonces, “característica subyacente”?

Parte profunda de la personalidad que puede predecir el comportamiento en una amplia variedad de situaciones tenísticas y sociales.

 

Además la competencia origina o anticipa el comportamiento y el desempeño. Es decir, puede predecir quien hace algo bien, medianamente o definitivamente no lo logra, de acuerdo a un standard absoluto o relativo.

Finalmente, nos damos cuenta que ambas definiciones coinciden en que las características de nuestra personalidad, las podemos observar y medir a través de nuestros comportamientos y a esto le llamamos competencia o Talento

 

¿Qué hacemos entonces para “construir” un tenista exitoso, basándonos en estas ideas?

Pensemos en sus capacidades físicas y tenísticas (ambas pueden aprenderse), en sus motivaciones (hacer algo mejor, lograr y mantener el status y pertenecer a una elite de tenistas) en su “trabajo” que es llevar a cabo lo anterior al interior de una cancha de tenis, frente a un contendor. ¿Con qué nos encontramos? con que todos los ingredientes que necesitamos pueden mezclarse a través del aprendizaje y el entrenamiento para lograr un jugador con talento.

Como resultado, tenemos que ya no dependemos solamente de los genes y de lo dado al nacer, sino que podemos y debemos agregarles los ingredientes ya citados.

Al desglosar lo anterior, nos encontramos con 3 factores fundamentales para ser talentosos:

1.- Querer lo que se hace (motivación)

2.- Poder hacerlo (tener las herramientas para llevarlo a cabo)

3.- Saber hacerlo (hacerlo)

 

Por lo tanto, cualquier pedestal que falle, se nos cae el “Talento” Siguiendo este modelo lo podemos reflejar en el siguiente gráfico:

Comentario: podemos desprender de éste gráfico que el jugador talentoso necesita imperiosamente de un gran apoyo en lo motivacional y en el desarrollo de actitudes que reflejen una personalidad competitiva y orientada al éxito, junto al apoyo técnico y físico, aspectos en los cuales sí están definidas perfectamente cada una de las competencias requeridas.

Pero el cuestionamiento está dado en:

¿Se lo estamos dando? ¿En qué medida? ¿Logramos una mesa equilibrada? ¿Todas las patas fueron o están siendo construidas con el mismo esmero?

En cuanto a lo que se define como “competencia” o “Talento”, ¿Hemos definido operacionalmente lo que significa: garra, tolerancia a la frustración, espíritu de lucha, fuerza mental, perseverancia, concentración, atención, control de la ira, estrés, control del dolor, ambición, manejo del tiempo y tantas otras competencias de orden psicológico que le pedimos a los tenistas para que sean exitosos?

¿Sabemos cómo medir y cómo desarrollar estas características?

Dado lo anterior cabe preguntarse cuáles serían los pasos para llegar a ser “un jugador exitoso y talentoso”

 

  1. La persona que quiere llegar a ser talentoso:

 

1.- ¿Tiene claro para qué está jugando y compitiendo? (¿placer, ganar beca de estudios, eludir el colegio, aburrimiento o ser el Nº 1 del mundo?)

2.- ¿Tiene claro y definido hasta dónde quiere llegar y las etapas que tienen que superar para lograrlo?

3.- ¿Tiene claro la gran cantidad de destrezas cognitivas, emocionales y sociales que tiene que desarrollar para lograr sus objetivos?

 

            2. Cuerpo técnico y padres

 

1.- ¿Tienen claro y definido operacionalmente qué habilidades, destrezas, conocimientos y actitudes quieren y deben desarrollar en el tenista para que llegue a ser exitoso?

2.- ¿Saben exactamente cómo desarrollar esas características de personalidad que son necesarias para que el jugador desarrolle su talento?

3.- ¿Han contrastado estas competencias que quieren desarrollar en sus hijos, alumnos, con jugadores profesionales exitosos?

 

            3. Equipo que emprende la aventura

 

1.- ¿Han diseñado un proceso completo de los pasos a seguir en el desarrollo de las competencias citadas, bajo una perspectiva sistémica?

2.- ¿Han conformado un verdadero equipo, con respeto hacia las competencias que ostenta cada miembro del equipo?

3.- ¿Han evaluado si realmente los miembros que componen el equipo tienen el talento necesario como para ser parte de este equipo?

Una vez aclarados estos pasos a seguir, se hace necesario reflexionar en lo siguiente, pensando en el jugador exitoso de acuerdo a los siguientes pilares que lo sustentan.

Comentario: De estos tres pilares que sustentan el éxito, ¿cuánto se trabaja en la actualidad en cada uno? ¿Quiénes están a cargo de construir cada pilar? Este gráfico nos muestra claramente que el trabajo con el tenista debería radicar en un altísimo porcentaje en los aspectos mentales, en contraste con la realidad, en que “casi” no se trabaja o bien se ejecuta tangencialmente.

Y el por qué no se trabaja el desarrollo de las características de personalidad, se puede explicar gráficamente de la siguiente manera:

 

Conclusiones:

 

De acuerdo a lo expuesto, no cabe la menor duda de que un tenista que quiere tener éxito como tal o llegar a ser un tenista profesional de elite, requiere cerrar brechas en cuanto a las competencias que posee actualmente y el estado ideal de sus competencias requeridas. Por lo tanto, es imperioso desarrollar en forma equilibrada la parte técnica, la física y en extremo la parte actitudinal o “mental”, que es la que finalmente marca la diferencia.

Propuesta:

 

1.- Definir un proceso de desarrollo de competencias de la persona que juega tenis, desde el momento en que se inicia hacia el profesionalismo, de acuerdo a una perspectiva sistémica, es decir, teniendo una visión global de todos los aspectos que lo puedan llevar al éxito deportivo y/o personal.

2.- Desarrollar un cambio de paradigmas en cuanto a cómo se debe formar un tenista profesional.

3.- Preparar verdaderos equipos y no solamente individualidades que trabajen en el desarrollo profesional de nuestros tenistas.

4.- Construir perfiles de competencias, tanto para el equipo técnico como para los padres y familiares que apoyan el desarrollo de nuestros tenistas.

Si bien esto que he escrito es un primer esbozo de lo que sería la formación de un tenista profesional, en base a un modelo de desarrollo de competencias, pienso que es un tema que puede llevar a una discusión sana y constructiva sobre lo que se está haciendo en pro de nuestros futuros tenistas del gran recambio generacional, tanto a nivel masculino como femenino.

 

Estos pensamientos y reflexiones están inspirados en los trabajos de Martha Alles, una de las escritoras más importantes del habla hispana sobre Recursos Humanos y sobre las Competencias.

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